A fin de conocerle

Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al padre; ¿Cómo, pues, dices tú; muéstranos el padre?     Juan 14:9

Es maravilloso saber que el Dios todo poderoso a través de los tiempos se ha dado a conocer a la raza humana, con el propósito que esta reaccione positivamente hacia lo que Él es y lo que Él hace. En las primeras páginas de la Biblia, Él se da a conocer como el creador de todo, y aunque aún no da a conocer su nombre, sí se da a conocer como el creador:

“En el principio creo Dios…”  de allí en adelante todo apunta a su propósito de darse a conocer; dar a conocer su amor, su misericordia, su naturaleza, su poder, etc.

En la actividad de Dios para darse a conocer al hombre, encontramos su más grande revelación, la cual vino en Jesucristo, es decir, Dios como redentor.  (Juan 1:14) de allí la importancia capital de conocer cada día más a nuestro Señor Jesucristo.

Así, pues, ocuparemos las siguientes líneas para disertar un poco a la luz de la Palabra de Dios sobre el tema: A fin de conocerle como padre.

En el capítulo 14 del evangelio de Juan, encontramos un diálogo entre Jesús y sus discípulos, que suscitan algunos interrogantes entre los oyentes, a los cuales Jesús les da respuestas contundentes.

Ante la expresión de Jesús al decirles “ustedes saben el camino para ir a donde yo voy” (Jn.14:4 PDT), Tomás le interpela y le dice: “no sabemos a dónde vas;  ¿cómo pues, podemos saber el camino?” Jesús le dijo: YO SOY el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al padre sino por mí.  

Y continuando su dialogo les dice:  “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis y le habéis visto.” (Jn.14:5-7)

Inmediatamente Felipe entra en la escena del diálogo, pues pese a que acaba de escuchar de viva voz esta declaración del mismo Jesús, parece que aún no es suficiente, por lo cual ahora es él quien le interpela y le hace la siguiente petición a Jesús:

“Señor, muéstranos el Padre y nos basta”

Es decir, por favor revélanos donde está el Padre, queremos conocerlo; nuevamente la respuesta de Jesús es contundente: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido Felipe?  El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿Cómo, pues, dices tú:  Muéstranos el Padre?

Hemos de tener en cuenta que lo que pedía Felipe era: “muéstranos al Padre”, Jesús no le dice que esto es imposible; sino que le dice: Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y ¿no me has conocido Felipe?, y añade: “¿cómo dices tú, muéstranos el Padre?” afirmando de esta manera que toda la divinidad reside en él.

He aquí algunas afirmaciones directas del mismo Jesús:

  • El Padre que mora en mí. 14:10.
  • Yo y el Padre uno somos. 10:30
  • Si no creéis que yo Soy… Jn. 8:24 (Título revelado en Éxodo 3:14)
  • Antes que Abraham fuese, yo soy. Jn. 8:58 Palabras de Jesús que expresan su preexistencia y su divinidad. “Yo Soy…” El siempre existente, el que existe por sí mismo, el Eterno Dios.
  • No os dejaré huérfanos… Jn. 14:18 (expresión que se aplica a quien perdió su padre).

En otra ocasión Jesús se encontraba entre los Fariseos, en un ambiente hostil y estos le hicieron la misma pregunta que Felipe, pero con aire de arrogancia (Jn. 8:12-19):  v.19 … ¿Dónde está tu Padre?  Jesús respondió: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conocerías.

Estos fariseos no podían ubicar al Padre, porque no sabían quién era Jesús, pero él continuó diciéndoles , v.24: “… Si no creéis que YO SOY, en vuestros pecados Moriréis.

Jesús realmente se estaba identificando a sí mismo como el YO SOY de Éxodo 3:14. Los judíos, quienes no comprendían lo que él quería decir, preguntaron, v.25 ¿Tú quién eres?  Entonces Jesús les dijo: lo que desde el principio os he dicho.

v.27 Pero no entendieron que les hablaba del Padre.

Lo que Jesús les estaba diciendo, era que él era el padre y el YO SOY, y que si ellos no lo aceptaban como Dios morirían en sus pecados.

Por lo tanto, si hay un solo Dios y si ese Dios es el Padre, y si Jesús es Dios, entonces, lógicamente Jesús es el Padre, según el mismo Señor Jesús lo afirmó.

De ahí que, conocer cada día más a Jesucristo, es conocer más a nuestro Padre. Él es la resurrección, y resucitará a todos sus hijos en el día postrero (Jn. 6:40). Él es el padre amoroso que oye y contesta la oración de sus hijos (Jn. 14:14). Él es nuestro santificador (Heb.10:10). Él es todo para nosotros, no hay otro padre como nuestro Señor Jesucristo, porque él es el verdadero Dios y la Vida Eterna.

¡Conocerle como Padre! Este es el desafío y la invitación que tenemos todos los que hemos sido redimidos por su sangre.

“…El que me ha visto a mí, ha visto al Padre…
Atentamente, Jesús.

Artículo sacado del Heraldo de la Verdad